Antes que empresa, una familia.
Nacimos a fines de la década del 2000, un poco por casualidad, un poco por causalidad. Aunque, valga la aclaración, no creemos en las casualidades. Para nosotros, por encima de todo existe una voluntad divina que ordena y dispone cada partícula del Universo. Y así fue que dispuso que tres hermanos de la provincia de Mendoza aunaran sus fuerzas, conocimientos y estudios, todos diversos, para darle vida a un emprendimiento que materializara aquello que los apasionaba y habían aprendido a ultranza: brindar servicios de salud.
Pero para que este sueño se concretara, todavía faltaba sumar algunas piezas. Pronto, nuestros padres también se sumaron a esta aventura dándonos, primeramente, identidad y, en segundo lugar y no menos importante, ayudándonos a descubrir nuestro leimotiv: fabricar plantillas ortopédicas y, de esta manera, corregir la pisada de todas aquellas personas que sufrieran dolencias derivadas.
Con el tiempo descubrimos que amábamos lo que hacíamos, y eso nos llevó a perfeccionarnos y a cada día querer ser mejores. Fueron años de prueba, error, innovación y mucha resiliencia. Nuestra búsqueda fue exhaustiva y compleja: había que encontrar el punto de equilibrio entre ofrecer un producto de altísima calidad y hacerlo a un precio accesible para todos. Y lo logramos.
Hoy en día podemos decir orgullosos que, más allá de ser una ortopedia referente en el rubro ortopédico de nuestra provincia y haber corregido la pisada de más de 25.000 personas, abrimos nuestras puertas a todo el territorio argentino para ofrecer aquella solución que con "sangre, sudor y lágrimas" finalmente supimos encontrar. Nuestras plantillas ortopédicas son el fruto de años de trabajo y perfeccionamiento. Acá no hay fórmulas mágicas; si, en cambio, hay muchas personas que, o desde las entrañas de nuestro Taller o desde nuestro local comercial ubicado en el corazón del centro mendocino, se desviven en cada detalle desde el proceso de fabricación hasta los de embalaje, logística y distribución. Y por cierto, el ciclo no termina cuando las plantillas llegan a tus manos. Lo hace cuando tus pies vuelven a dar pasos firmes y sanos. La sonnrisa de alivio es el sello eterno de tu bienestar.
Ése es y será nuestro compromiso.
Familia Vidal.
